Desde Galilea,» Las Cruces de Mayo de Bonares»

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Día de la Cruz el dia 18 de Mayo de 1941, por la calle del Pozo.

DESDE GALILEA

Antonio Martín Carrasco, sacerdote de Bonares.

 Me ha invitado, nuestro amigo y gran Bonariego, Cristóbal Domínguez, a que cuente mis experiencias de niño, de muchas cosas que recuerdo de mi querido Bonares. Voy a empezar por nuestra Fiesta de las Cruces de Mayo. Me alegré muchísimo de que fuese declarada como: “FIESTA DE INTERÉS TURISTICO NACINAL DE ANDALUCÍA”, caso único en la comarca, pero ahí no queda todo. No sólo es Fiesta, con ese tinte andaluz de alegría, que desde fuera pueda parecer profana,  sin tener en cuenta  su RAIZ RELIGIOSA PROFUNDA, como Cruz Gloriosa de Jesús Resucitado.  Os contaré:

Conocí desde niño, cuando no había Capillas ni colgaduras (sólo una, de damasco rojo, en la calle Higueral). Las demás utilizaban colchas de cama, que las vecinas procuraban tener una igual, en cada casa, en la mía, la tenía mi madre, para prestarla en la instalación de su la capilla, que se preparaba en una habitación de cualquier casa, que se ofrecían como promesa, por cualquier don recibido. Pero ya se veía el arte, en los techos y en el disimular la colchas con los encajes y por supuesto, un arte que no se repetía, ni en cada Cruz ni en cada año. Cada cruz repetía unas figurillas cada año, que le daban carácter (uno comiendo brevas,  niños llorando con una jaula vacía, etc.. Había una, de gente sencilla y muy ingenuas, que ponían dos figuritas de S. Juan Bautista, para que hicieran juego. Etc.).



[pullquote]Las demás utilizaban colchas de cama, que las vecinas procuraban tener una igual, en cada casa, en la mía, la tenía mi madre, para prestarla en la instalación de su la capilla, que se preparaba en una habitación de cualquier casa,[/pullquote]

Esa raíz profunda religiosa, se ha confirmado en su vinculación, siempre, sin  ruptura, con nuestra Parroquia, Y por supuesto, una Parroquia volcada siempre con sus Cruces. Conocí en los años cuarenta la institución de las Novenas y mucho antes, una costumbre de rezar las mujeres de la calle el día 3 de Mayo, Fiesta de la Cruz. ¿En que consistía el rezo?: En repetir mil veces la palabra JESÚS. Como los niños nos colábamos por todas partes, de esto hace más de setenta años. Decían: este año el rezo es en casa de fulanita y allí se reunían unas veinte vecinas o más, llevando cada una su silla, (eso era muy propio, las llevaban hasta cuando iban a Misa, porque entonces no había bancos, para sentarse). Nosotros nos colábamos y nos sentábamos en el suelo. Ignoro, si se ha conservado esa costumbre entre las cruceras.

Día de la Cruz el dia 18 de Mayo de 1941, por la calle del Pozo.

Hacían un corro y ponían en medio un bolso grande de garbanzos y un cacharro vacío. Una cogía un puñado de garbanzos y se lo ponía en las faldas, para contar y lo iban haciendo por “toca” entre diez hasta contar cada una  cien veces y completar mil. El rezo lo dirigía la más “rezaora”, En mi calle estaba Salomé, la cuñada de Antonio el Sacristán, que le decían “Salomé la rezaora”, que la llamaban a rezar en los duelos. COMENZABAN:

Has de saber, alma mía, que tu Dios, murió por ti y tu por el morirás y al Valle de Josafat irás y el camino al enemigo te encontrarás y le dirás: Apártate de mí Satanás, porque es día de la Santa Cruz, dije mil veces JESÚS…JESÚS…JESÚS… La de los garbanzos, contaba hasta cien veces y al terminar el centenar, hacía una señal y se concluía rezando: Jesús en el Ara, Jesús en la Cruz, Jesús de mi vida, mil veces Jesús. Y le pasaba la vez a otra, hasta completar, como digo, las diez veces.




Yo siempre me preguntaba: ¿Qué será el Valle de Josafat? Hasta que supe que Josafat, significa: “Dios Juzga” o “Valle de la Decisión”, como leemos en la Biblia, en el libro del Profeta Joel (Joel, 4,2 y 14): “Reuniré a todos los pueblos y los haré bajar al Valle de Josafat y allí los juzgaré… ¡Multitudes y multitudes en el Valle de la Decisión! Porque está cerca el Día del Señor…”. Por eso la tradición dice que en este Valle tendrá lugar el Juicio final. Así que esta religiosidad de nuestras abuelas, no iba muy descaminada, porque sin Cruz, cantaron y cantamos, no se sirve a Cristo, ni se ha alcanzado victoria…

Otro día hablaré del Valle de Josafat y de este monte. ¡Quien me iba a decir a mí, que con los años, viviría en Jerusalén en la parte Este, en un monte por encima del Valle de Josafat, donde se divisa, no sólo todo el Valle, sino toda la Ciudad Santa!. ¡Cuantas veces me he puesto a rezar sentado en un banco del Jardín, contemplando el Valle y viendo en mi imaginación entrar en ese Valle de Josafat, a aquellas nuestras mujeres santas de Bonares, mostrando su título: de “Dije mil veces Jesús”!., Ellas, que nos han trasmitido la fe y como digo: “son, las RAICES PROFUNDAS de nuestras doce CRUCES GLORISAS, que encuadran en verdaderos tronos de cielos, rebosantes de arte andaluz y que se remonta a siglos atrás. No es una fiesta improvisada y tienen muy bien ganado su título.

Desde Galilea: Antonio Martín Carrasco

Sacerdote de Bonares