Dije que otro día seguiría hablando del Valle de Josafat y del monte donde se puede contemplar y en el que he vivido en Jerusalén. Este monte está situado en la parte Este de la ciudad (parte árabe) y tiene una extensión grande, con un antiguo convento de Benedictinos, rodeado de un inmenso pinar, propiedad hoy del Patriarcado Sirio Católico y arrendado por la Cáritas francesa, como hospedaje de peregrinos económicamente modestos y que además de las habitaciones tienen detrás un campamento, con instalaciones de madera, como para grupos de jóvenes.
El lugar es tan grande, que el Patriarcado construyó un Seminario, delante del Convento, al que le pertenece parte de los pinos y jardín. Al tenerlo vacío, lo arrendó las Comunidades Neocatecumenales, para reunir en él, a todos los Seminaristas que vienen a la Universidad de Jerusalén a Licenciarse o Doctorarse en Sagrada Escritura y que estaban dispersos por la ciudad. En él, he estado varias temporadas de Padre Espiritual. Se llama Seminario de Mambré. Aquí está en proyecto una Casa, igual a esta de Galilea, para acoger allí a todos los que pasan por aquí. Por cierto mañana esperamos a un grupo de Nerva, Riotinto y la Palma del Condado.
Este monte tiene en la tradición dos nombres: MONTE DE LA VERGÜENZA, porque aquí estableció Salomón las mil “rameras”, (1º de R.1.y ss). Tuvo setecientas mujeres con rango de princesas y trescientas concubinas que desviaron su corazón a otros dioses,. con sus ídolos, a los que él mismo dio culto — Y el orto nombre: MONTE DELA TRAICIÓN. Debajo del Seminario hay una gruta grande de piedra, donde también, según la tradición se escondieron los apóstoles, huyendo de los que vinieron a prender a Jesús. (Mac.14.50 y ss) “Todos le abandonaron y huyeron. Detuvieron a un joven que le seguía cubierto con un lienzo pero él, dejando el lienzo se escapó desnudo”.
Te sientas en el Jardín delante del Seminario, contempla toda la Ciudad Santa. De frente tiene la explanada del Templo con la Mezquita de Omar, con la cúpula dorada. Las murallas de la parte Sur que bordean el Valle de Josafat, todo convertido en cementerio. Así los que ya reposan en este Valle no tienen que ir, como rezaban nuestras abuelas el día de la Cruz, porque ya están allí. Al fondo del Valle, se ve la Iglesia de Santa Ana y en lo profundo el torrente Cedrón, que cruzó Jesús para ir el Huerto de los Olivos, que está debajo, a la derecha, con la Basílica de la Oración del Huerto. Subiendo la vista más arriba, está el Monte de los Olivos, la iglesia de Padre nuestro, con una gran torre. Todo esto a la derecha, de donde estoy sentado. A la falda de nuestro monte, se ve la ciudad de David y al fondo a la izquierda la Iglesia de S, Pedro en Galicanto. Por encima de esta, el Monte Sión, donde está el Cenáculo y la Basílica de la Dormición de la Virgen con otra torre altísima. A la derecha de esta, muy al fondo se ve las Cúpulas de Santo Sepulcro. Y todo esto, como digo, sin moverte del banco donde estás sentado.
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¿Cómo es el Valle de Josafat? En sus laderas se sitúa tumbas judías, árabes y cristianas, esperando, como digo, el día del Juicio final. La más importante es la tumba de Josafat, conocida como de Absalón. Además de la de Zacarías, la de Santiago, no el nuestro, y hay una calzada que sube desde la Basílica de la Oración del Huerto hasta Betania, que nos trae a nuestro Monte. Es como si del “pilar”, fuésemos andando hasta la “ermita”. Yo solía bajar y subir desde la Basílica andando. Pero para ir a la Puerta de Damasco, lado árabe, camino del Santo Sepulcro, se coge en este monte, un pequeño Autobús de árabes, los Nº 36 o el 63. Yo siempre voy de clérigo y las gentes son muy amables, me ofrecen el asiento. Es curioso porque los hombres sacan sus rosarios, no las mujeres y pasan las cuentas rapidísimos. Por lo visto sólo rezan: Alá es grande, Alá es grande, Alá es grande… Yo para no ser menos, no me avergüenzo de sacar también mi rosario y rezar: Dios te sal María etc. Dios te sal María etc. Dios te… etc. Y así no desentono. Ya sabes un poco más, del Valle de Josafat, que nombraban las abuelas, en sus oraciones el día de la Santa Cruz, cuando repetían MIL VECES JESÚS.
Desde Galilea: Antonio Martín Carrasco
Sacerdote de Bonares