Sefar refugio de los “Judíos españoles Sefarditas” DESDE GALILEA.

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DESDE GALILEA

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cruz de las cuatro esquinas bonares
Cruz de las Cuatro Esquinas, año 1976.

Se acercan como cada año las fiestas centenarias de nuestras “CRUCES”. Y no me puedo reprimir el contar lo que siempre me ha llamado la atención de ese derroche de arte y de belleza que Bonares ofrece cada año en las Capillas de las Cruces, declaradas de Interés Turístico Nacional de Andalucía, no solo importante hoy por este motivo, sino antaño, cuando no había Capillas y se les improvisaba estas en la mejor habitación de algunas de las casas que la ofrecían como “promesas por alguna gratitud recibida”. A veces si fallaba la oferta por algún motivo y en alguna calle no se les hacía la Capilla a su Cruz. Había un coplilla de protesta: “La Cruz de la calle “tal” se ha quedo en el cajón… siendo una calle tan larga, no ha encontrado habitación…”

Los ancianos tenemos el defecto de repetir las cosas pero no hay límite de ahondar en las que a todos nos interesa. Digo como algunos: “No se puede observar un árbol frondoso mirando solo sus hojas, sin conocer la profundidad de sus raíces y toda su historia”. Yo voy con lo mío buscando y respondiéndome a muchas preguntas, como siempre,sobre esas raíces. Así me he seguido preguntado ¿De dónde le nace a Bonares tanto arte en las Capillas de las Cruces? Y me respondo que, esto, debe partir de su origen…estas cosas no se improvisan y ninguna calle improvisa… Se lleva en la sangre. ¿Con cuántos meses de antelación preparan cada año tanta belleza?… Y, el estilo de ¿Cómo será?… Eso, es un secreto de oficio bien guardado en cada calle.

En el verano de 2015 ha sido la última visita que he podido hacer a Bonares. Quise desprenderme de unos recuerdos íntimos que repartí entre la Parroquia, la Ermita de la Santa, la Ermita de San Sebastián y la Capilla de la Cruz de mi Calle Misericordia. En pleno verano me hicieron pasar a la parte secreta de la Capilla de esta Cruz, donde ya con tanto tiempo por delante, unas mujeres voluntarias ofrecían y elaboran su arte preparando el retorcido de los paños para esa belleza que luciría en Mayo y había un voluntario ensamblando las maderas de estas tablas embellecidas y que se ha ganado la declaración oficial del Turismo.

sefar galileaNo olvidemos que estoy en Galilea. Perdonen que lo repita. No pretendo con lo que transmito convencer a nadie, sino dar a participar de lo que vivo en este Santo Monte. Cada uno debe transmitir sus ideas y su vida, sin excluir las de los otros. Ya en dos ocasiones he hablado sobre ese libro publicado en hebreo por un judío sobre los “Reductos judíos en España” donde se habla de Bonares, uno de los tres que quedaron en Huelva. No he podido encontrar ese dichoso libro en tantos años que llevo aquí.

En muchas ocasiones he visitado Sefar, con esa intención. Es un lugar hoy importante, que lo tenemos aquí en Galilea y que fue refugio en 1492 de los judíos españoles que fueron expulsados. (Esta palabra “Sefar” en hebreo significa: “Judíos españoles” “Sefarditas”). Y he recorrido todas sus librerías acompañado de seminaristas que dominan el “hebreo” y no he encontrado rastro del libro que sería interesante para nosotros conocer más detalles por lo menos de nuestro “reducto” que se pudo vivir en aquella nuestra calle llamada de los Judíos.

Sefar, es un pueblo muy curioso situado como tantos alrededor de una alta colina. Tiene carreteras que lo bordea hasta la cima. Para pasar de una calle a otra hay escaleras para subir o bajar. Hay bloques hasta de ocho pisos o más. Si algunos pisos coinciden cerca de la carretera que bordea la colina, le tienen hecho un puente y se ven garajes en un 5º piso o un 7º etc. Me gusta visitar este lugar para encontrarme con los “Sefarditas”.

Yo suelo manejar con frecuencia la Sagrada Escritura. Decía Jesús: “Escrutad las Escrituras, todas hablan de mí…” (Jn. 5,39) y aquí está el motivo de lo que escribo dándole siempre vuelta a lo mismo. Cuando entro en los capítulos del 26 al 35 del Exodo, me ha venido nuevamente a la memoria este tema y unos textos que podrían ser como unas respuestas a mi curiosidad sobre esas raíces de la belleza que hay en Bonares para las Capillas de sus Cruces.

En estos capítulos, Dios prescribe a Moisés como tiene que ser adornada la “Tienda del Encuentro”, la que sería morada de Dios, durante el recorrido por el desierto y donde bajaría su “Shekina” (en arameo significa “La presencia visible de Dios”) y donde tiene que introducirse el “Arca de la Alianza”… algo que se repitió durante cuarenta años y que reconstruían en cada acampada de ese caminar.

Así del cap.26 elijo algunas frases en las que están los detalles minuciosos que Dios indica a Moisés para esos adornos: “Harás la Morada con diez tapices de lino retorcido y bordarás en ellos unos querubines… Harás unas precillas de púrpura violácea para cada uno de los bordes las dos series de tapices”… En el (cap.35 vers.25 y ss) le sigue diciendo a Moisés: “Toda las mujeres expertas y bien dispuestas hilarán con su propias manos y traerán sus labores en purpuras violáceas, rojas, escarlata y lino… también siguió diciendo a Moisés: “El Señor ha llamado a Besalel hijo de Jur de la tribu de Judá y le ha llenado de espíritu de Dios, de sabiduría, de prudencia para toda clase de tarea… y que trace proyectos… y en el (vers, 34): “también le ha dado talento para enseñar a Oliab, hijo de Ajisamac de la tribu de Dan… y para realizar labores: …en púrpura… y en lino… proyectar y realizar toda clase de trabajos… Lo que indica que el adorno no era de una vez para siempre, sino que Dios había dado la primera pista y concedido “El talento para toda clase de proyectos…” (se supone que se repetirán en el futuro en las acampadas, de entonces y de ahora.)

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 Estos y muchos más detalles propuso Dios a Moisés para adornar la “Tienda del Encuentro” donde sería depositada el “Arca de la Alianza”, que como sabemos que Hoy, en la “Era Mesiánica”, ese Arca de la Nueva Alianza es la “CRUZ” que nuestro pueblo adorna cada año en esas nuevas “Tiendas del Encuentro” (digamos, “Capillas”) que se elaboran tan dignas y que también en ellas contemplamos abundancia de Angeles bordados y sin bordar, telas retorcidas de las manos de las “mujeres expertas” de la que Dios habla.

Es una intuición misteriosa de preparar y poner esta “Morada” entre nosotros con la belleza semejante dictada a Moisés… y que para ello, sigue inspirando hoy, como entonces, tanta belleza… Y sigue Dios también eligiendo hoy a quienes la realizan y bajando a estas moradas para encontrarse con su pueblo.

Yo encuentro demasiadas coincidencias en algunas cosas de la Escritura: Eran DOCE las Tribus en Israel, son DOCE Apóstoles en la nueva “Era Mesiánica” y son DOCE nuestras Cruces. En la Biblia se repite este número DOCE, 187 veces, 22 de ellas en el Apocalipsis. El pueblo de Dios, Israel, le da vuelta a estos números: El UNO hace referencia a Dios; el DOS al hombre,(Seréis dos en una sola carne) que unidos, uno y dos: son TRES y que multiplicado por las cuatros estaciones del año son DOCE y sumando las dos cifras, son SIETE. Estos números son importantes para el PUEBLO de DIOS y lo reflejan en sus leyes. De los diez preceptos dados a Moisés sacaron 613 leyes, en los que aplican estos números. Así por ejemplo, uno de esos números es el SIETE de una ley, que está en la pregunta de Pedro a Jesús: (Mat. 18, 21-35) : Maestro ¿Tengo que perdonar a mi hermano SIETE veces?. Dice Jesus: No digo SIETE veces sino setenta veces SIETE… en las dos multiplicaciones de los panes sobraron DOCE cestos en la primera vez y SIETE espuertas en la segunda. ¡Son curiosos estos números!.

Cuando recorremos todos los rincones de Israel vemos por todos los sitios que los adornos en plazas, rotondas, paseos, son enormes granadas de cerámica. La granada tiene 613 granos de semilla que simbolizan esos 613 preceptos que sacan de las diez leyes dadas a Moisés. Son muchas leyes y Jesús, es radical con tantas Leyes y ponía al hombre por encima de ellas. “La ley se hizo para el hombre y no el hombre para la ley”. Por eso lo perseguían… porque curaba en Sábado… comía con los pecadores… no ayunaban… etc.. y decía Jesús que El no venía a quitar la Ley sino a darle cumplimiento y todas las 613 las resume en una sola: “Amar a Dios y al prójimo”… anunciándolo como una aventura y nos decía: Bien – Aventurados, a los pobres, los hambrientos, los mansos, los que lloran, los justos, los limpios de corazón…

Y me sigo preguntando ¿Quien sostiene esto en un pueblo en tantos siglos? ¿Quien mantiene encendida la brasa de ese Anuncio de que en la CRUZ está la VIDA?. De ahí nace las Fiestas de nuestras Cruces, que nos dan cada año, momentos de VIDA, aunque sean pasajeros: En los Romeritos… el día de “los dulces”… la “verbena”… y tanto derroche de ALEGRÍA en los festejos de cada calle. Cada año, la fiesta de la Cruz, podíamos decir, son nuestras acampadas por este desierto de vida que recorremos hacia la Vida verdadera, instalando también como ellos lo hacían en el desierto, esas nuevas “Tienda del Encuentro” para depositar cada año El Arca de la Nueva alianza que es la Cruz… De lo contrario ¿Para que repetir cada año tanta belleza? Y echando en ello ¿Tantas horas de trabajo?… ¿Que se pretende con ello? Si en esto no estuviera presente el vivir esos momentos de VIDA… que un día viviremos para siempre.

Por eso canta la Iglesia sobre la Cruz: “Muriendo destruyó nuestra muerte, Resucitando restauró nuestra VIDA”. Y nuestro pueblo también canta esa letrilla de siglos: “Cruz bendita Sacro Leño donde el Autor de la VIDA durmió su último sueño… Y consiguió el desempeño… (es decir, consiguió la VIDA)… ¡Mil gloria al Salvador!… Cabe el peligro de que lo folklórico oculte su verdadero sentido de VIDA que debe reflejar siempre la fiesta de la CRUZ.

Termino con San Pablo cuando escribe a los Corintios animándoles sobre la VIDA (cap.15): “La muerte ha sido vencida en la victoria… manteneos firmes más y más en la obra del Señor que El no dejará sin recompensa VUESTRO TRABAJO”. Como S. Pablo, yo también os animo en ese TRABAJO en el que derrocháis tanta belleza y tanta alegría, sin ocultar su sentido religioso y que tampoco quedará sin RECOMPENSA.

DESDE GALILEA

Antonio Martín Carrasco

Sacerdote de Bonares