DESDE GALILEA.

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"galilea"

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Antonio Martín Carrasco, sacerdote de Bonares.

Quisiera comentar el encargo, que aquel joven vestido de blanco, sentado en el sepulcro, le dio a Santa Mª Salomé, que se encontraba con las otras Marías: “les dijo a la Magdalena, a la otra María y a Salomé (nuestra Santa(Mac.16, 1 y.ss): Id  a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va delante de vosotros a Galilea. ¡Allí  lo  VERÉIS!”… 

Yo me pregunto: ¿Ese me veréis, es una visión del momento, o es una visión para anunciarla a toda la creación, unida al mandato de Jesús: “Id por todo el mundo y proclamad la BUENA  NOTICIA a toda la creación?… ¿Es sólo para los creyentes o para todos los hombres de corazón honrado. Ellos salieron a predicar por todas partes. El Señor colaboraba con ellos y confirmaba la PALABRA con los signos que realizaban (Mc- 16,15.20), y por consiguiente,  ¿Si es para toda la creación, todos, podemos seguir viéndolo? ¿Cómo podemos seguir viendo a Jesús, a Dios?

Aquí en este Monte Jesús, anuncia quien verá a Dios, no sólo después de la muerte, sino ¡YA!: “BIENAVENTURADOS los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”. ¿Esto, como digo:  lo anuncia sólo, para lo que creyesen en El, o para toda la creación a quien destinó la noticia?. En una sociedad de hoy tan corrupta, de políticos, empresarios y traficantes de todo tipo, que se gastan el dinero de tantos pobres, me ha sido gratificante la noticia de la prensa: El Ayuntamiento de Bonares, gracias a la solvente situación económica, no tendrá que recurrir al “Plan de Ajuste del Estado”. ¿No era esto, lo que yo quise decir en mi artículo anterior, que transcribo:…” la historia que Dios ha hecho con nuestro pueblo, podemos concluir, que no sólo por su nombre, sino por su realidad, que recuerdo desde niño, podemos decir: ¡Qué cosa más buena de pueblo!”. Así serán esos, los limpios de corazón, los que verán a Dios. Los que verdaderamente hagan más por los demás, que para sí mismos.

¿Porqué decimos que fue en este monte, en este mismo lugar donde estoy?.  .A partir de la tradición más antigua, este encuentro se sitúa detrás de Cafarnaúm y Tabgab. La tradición “beduina” llama a este lugar: “Es-sajarat el murabat” que significa: “Los árboles benditos por el Mesías”. Estos eran tres árboles milenarios (un “teberinto”, una “encina” y el el llamado “Spina cristi”), un beduino tuvo la osadía de cortar los dos últimos, lo que provocó la indignación de los beduinos y la orden de la venta de los terrenos, comprados por la “la Custodia de T.S. de los franciscanos y cedido por 100 años al Camino Neoç. Conservamos ese teberinto y la Casa ha sido edificada dándole el mejor lugar del Jardín. Esta tradición beduina sitúa estos árboles plevimilenario cerca de donde ”Issa”, (Jesús) pronunció el Sermón de la Montaña y donde Jesús RESUCITADO se encuentra con los Apóstoles y 500 discípulos.

¿Con qué ojos se puede ver a Dios? San Pablo habla de los ojos del corazón (Efs. 1, 18) ¿El corazón tiene ojos?  ¿Cómo se ve con los ojos del corazón? Os decía, otro día: os contaré, el “Allí me veréis”.  Sólo ver este monte y contemplar el LAGO, constantemente, cada vez que voy de un lado para otro, mis ojos ven toda esta visión delante de mí, como si me repitiese Jesús, lo que aquí dijo, como una “aventura”, “BIEN- AVENTURADOS”, no sólo por venir aquí, sino principalmente por vivir aquí.

El Papa Benedicto XVI escribe en su libro Jesús de Nazaret, en la Pg. 94: “La tradición ha señalado una honra al norte del lago de Genesaret, como el Monte de las Bienaventuranzas: quien ha estado allí y tiene gravada en el espíritu la amplia vista sobre el agua, el cielo y el sol, los árboles y los prados, las flores y el canto de los pájaros, no puede olvidar la maravillosa admófera de paz, de belleza de la creación que se encuentra en esta tierra”. (Es una forma de ver a Dios, en lo creado). Pero, de más estaría esta visión, si no  viésemos a Dios, en cada persona, en tu mujer o tu marido, en tus hijos, en tus amigos, en tu trabajo, entre tus vecinos, en los más pobres, en todos por los que merece la pena, dar tu vida, como un verdadero  regalo, para poder ver a Dios continuamente con los ojos del corazón.

¿Qué puede decirnos El Señor con esta historia? A lo mejor algo nuevo. Ya le decía Jesús a su amigo Nicodemo: “El que no nazca de NUEVO, no puede ver el Reino de Dios (Jn3. 3). Tener un pueblo denominado con esta palabra de bondad, que se repite del Dios creador, en todo lo que fue creando, (y…vio Dios, que era bueno), es algo siempre nuevo.

Tenemos la responsabilidad de conservar está  bondad de nuestro pueblo. Porque en su mismo nombre: BONA-RES, = BUENA-COSA, está el secreto y si se trata de algo nuevo, aquí en Galilea, repito, empezó lo nuevo.

El Beato Papa Juan Pablo II, cuando pisó esta Casa, para bendecirla, dijo: «EL SEÑOR OS ESPERABA EN ESTE MONTE». (Hay un rótulo grande en el vestíbulo). Y yo personalmente veo, que para mi, es una VERDAD, lo que dijo el Papa. y aquel encargo de Jesús a la Santa, para sus discípulos y en este caso, también para mí: “de que ¡Allí en Galilea me veréis!”, ciertamente me ratifica, que aquí, lo estoy viendo y palpándolo en cada Eucaristía y sirviendo a las miles de personas que pasan por esta casa y quiero hacer partícipe a mi pueblo de esta visión y de este anuncio, para que conserve siempre, esa “buena-cosa” del nombre de nuestro pueblo, con  limpieza de corazón, para no dejar de ver a Dios.

 

Desde Galilea: Antonio Martín Carrasco

 Sacerdote de Bonares