El alcalde reconoce los impagos de la empresa adjudicataria · Italgreen no surte la mercancía mientras no se abone al contado · El PP achaca los retrasos al «empecinamiento» del Consistorio con la constructora
El PP de Bonares ha denunciado la «enésima» demora en la construcción del campo de fútbol 11 de césped artificial, cuyas obras arrastran más de nueve meses de retraso y, lo que es peor, a día de hoy continúa sin fecha de finalización debido a supuestos problemas financieros de la empresa adjudicataria.
El alcalde, Juan Antonio García, reconoce que el problema es que la empresa no dispone de liquidez para pagar el coste del césped, valorado en 180.000 euros. La empresa Italgreen no surte el producto mientras no se abone al contado.
El portavoz popular, Santiago Ponce, achaca la demora a «la incompetencia del alcalde» por el «empecinamiento en que la actual empresa fuera la adjudicataria final de las obras».
El edil denuncia los perjuicios que este retraso está teniendo en el fútbol base, cuyos protagonistas les están minando la voluntad por tener «que entrenar en el recinto ferial, un terreno que no reúne las mínimas condiciones para el desempeño de este deporte, dado las piedras y agujeros que presenta». Para más inri, los partidos que los jugadores bonariegos tendrían que haber jugado como local lo hicieron «trasladándose a otros municipios, con los consiguientes perjuicios».
Ponce relata que todo se debe a una «falta de previsión y de sensibilidad imperdonables», ya que su formación política ya advirtió que podía llegarse a esta situación, debido a los recelos y suspicacias que levantó las «continuas demoras e incumplimientos de los plazos a la hora de presentar los preceptivos certificados de estar al corriente del pago a la Seguridad Social». En este sentido añade «todos sabíamos que esto podía conllevar problemas en un futuro, si bien el alcalde decidió darle 10 días más a la empresa para que lo presentara, algo incomprensible».
El representante popular mantiene que el alcalde y la empresa «han perdido toda la credibilidad» y se pregunta «para qué sirve firmar un contrato si luego no se cumple y no pasa nada». En concreto, recuerda que las obras se adjudicaron el 28 de agosto de 2009 y contaban con un plazo de finalización de nueve semanas, lo que hacía albergar esperanzas en que estuviesen finalizadas en noviembre de 2009, salvando así los temporales y las inclemencias meteorológicas del invierno. Sin embargo, casi un año más tarde de la adjudicación, las obras continúan sin plazos definidos.
El alcalde achaca a una ristra de infortunios el retraso de la infraestructura deportiva, así como a problemas financieros de la empresa adjudicataria que «no difieren del que sufren miles de empresas».
