Dentro de poco, el día 25 de este mes se va a celebrar elecciones al Parlamento Europeo.
Tradicionalmente han sido estas unas elecciones considerada de menor interés por los ciudadanos españoles y de aquellos países que juntos forman la “Unión Europea”.
En este aspecto hasta el presente no nos hemos parado a pensar, que la mayor parte de las decisiones y actuaciones de interés que nos afectan, proceden como se dice de Bruselas, con todo lo que esto supone.
No obstante lo antes reseñado y teniendo en cuenta las directrices que en los últimos años se han recibido de la llamada “Unión Europea”, en esta ocasión se debería participar en la convocatoria. También en estas próximas elecciones se elije por vez primera a un Presidente de la “Unión”, que esperemos que sea revestido de competencias adecuadas para el desempeño de las funciones que se le asigne.
De todas formas en esta ocasión considero que existen motivos más que sobrados para no abstenerse y para participar en los comicios.
Todos conocemos como desde Europa nos dictan, mejor decir imponen, la política económica, laboral y social a seguir. Política esta que hemos visto y vemos cómo ha afectado de forma negativa a la mayoría de los españoles y ciudadanos de otros países de la “ Unión”. Como hasta ahora la batuta de la señora Merkel dirige la orquesta a su antojo y los músicos tocan la clase de música que a esta le gusta.
Hemos visto también como a nuestro país y otros se le ha impuesto una política estrictamente restrictiva en lo crediticio, laboral, salarial, empleo, pensiones, sanidad, educación, igualdad y otras, que hasta que no se demuestre lo contrario solo ha servido para hundir a un gran número de pequeñas empresas y autónomos, crear un alarmante desempleo, actualmente en España cerca de seis millones de parados y situar en la pobreza o umbral próximo a ella a muchos millones de personas de Europa. En España sobre dos millones.
Esta Europa muestra que en los últimos años si que se ha apresurado en el apoyo al sector financiero,( como muestra está lo ocurrido en España), utilizando para ello muchos miles de millones de euros. Apoyo este que se le ha negado a pequeñas empresas, autónomos, trabajadores, personas con necesidades y otros.
Ahora de nuevo este gobierno de España parece decidido a destinar varios miles de millones de euros para rescatar a grandes empresas y bancos con autopistas en quiebra, con poco más de la mitad de ese dinero se rescataría de la pobreza infantil a 700.000 niños en España, pero claro esta se hará lo otro y no esto.
Esta es la Europa a la que nos han llevado los que actualmente la dirigen.
Volviendo la vista atrás cabe recordar que tras la segunda guerra mundial, en la que la vieja Europa, excepto en España por la dictadura que padecíamos, se puso en marcha un modelo de desarrollo económico basado en salarios adecuados y ayudas sociales que hacían que los más débiles fuesen reduciendo las injustas desigualdades que hasta entonces padecíamos.
Poco a poco las diferencias se hicieron más cortas en la Europa occidental dando paso a una nueva situación económica y social llamada Estado del Bienestar, de lo cual las personas se sentían reconocidas y respetadas, obteniendo y disfrutando de más derechos laborales y sociales como antes nunca tuvieron.
A esta actuación del capitalismo internacional no fue ajeno lo ocurrido en la llamada Europa del Este, donde al finalizar la guerra fueron implantados regímenes comunistas y esto ante el temor que los poderes económicos de Occidente tenían de que esta forma de gobernar avanzara en el Oeste de Europa y redujeran su campo de acción, unido a la presión de los sindicatos, fue por lo que el sistema capitalista se vio forzado a aceptar una serie de mejoras económicas laborales y sociales, las cuales se mantuvieron estables hasta que se produjo la caída del sistema comunista, referenciado a nivel internacional con el derribo del llamado “Muro de Berlín”.
Fue entonces cuando la élite del capitalismo mundial vio libre el camino para conseguir más y mayores beneficios económicos a costa del sector de las pequeñas empresas, autónomos y sobre todo de los trabajadores, iniciando con ello el camino en sentido contrario al que hasta entonces se había utilizado.
A partir de ello se cargó y sigue cargando contra los sindicatos para intentar primero desacreditarlos y después anularlos en la defensa de los intereses de los trabajadores.
A esto le siguió la promulgación de Leyes y Normas a nivel internacional que favorecían y favorecen a las grandes empresas en contra de las pequeñas, los autónomos y los trabajadores como son las desregulación, globalización, movilidad geográfica y otras que han hundido en la miseria a muchas zonas de la vieja Europa y todo ello ha venido ocurriendo cuando aún la situación económica en general era buena, lo cual no ha sido freno para que muchos insaciables en obtener más y mayores beneficios, sin importarles las consecuencias de su egoísta forma de proceder lo llevaran a cabo.
En esa estábamos cuando estalla la actual crisis que está sirviendo para dar la puntilla al “Estado del Bienestar” donde los ciudadanos pierden pequeñas empresas, el empleo, la vivienda, ven reducido el apoyo del Estado a la educación y la sanidad pública, a la cultura y al deporte de base, a la protección social etc. y vemos como esto se asume sin más. Para ello los que actualmente deciden cuentan con la colaboración u omisión de los gobiernos de turno a los cuales utilizan y manejan a su antojo. Esto está ocurriendo y los ciudadanos afectados aceptándolo con resignación:
De esta forma pienso que no es posible continuar. A donde nos van a llevar estos avaros si les dejamos seguir haciendo lo que quieran, y no les obligamos a cambiar de rumbo.
Para eso, para conseguir abandonar este nefasto camino por el que nos llevan, es por lo que podemos y debemos utilizar las próximas elecciones europeas.
Tenemos que ser consciente de que la situación se corrige desde dentro, participando y dando nuestro apoyo a formaciones progresista con compromiso sociales, económicos y laborales capaces de revertir la actual situación de explotación sin miramiento de las personas, a la que nos han conducido aquellos que deciden y gobiernos que le sirven.
En parte de nosotros ciudadanos de la “Unión Europea” depende que esto pueda cambiar. Somos los electores con nuestra participación y apuesta electoral los que podemos intentar que esto cambie.
No esperemos que el necesario y deseado cambio se haga por si solo, ni que sean otros los que lo hagan por nosotros, porque eso no ocurrirá y de producirse una ratificación de la destructiva política europea actual, terminaría anulando por completo lo poco que aún queda de aquello que un día llamamos con satisfacción “Estado del Bienestar”
Siempre se ha dicho que es mejor antes evitar que después lamentar.
Juan Coronel Martín