ERE QUE ERE‏.

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Manuel Garrido Domínguez.
Manuel Garrido Domínguez.

«Tengo tanto dinero que no sé que hacer con él». No vayan a pensar que la frase con la que comienzo esta nueva colaboración con Bonares Digital es mía, más quisiera yo. Se trata de una frase pronunciada a un vecino por el sindicalista imputado en la trama de los ERES, el «conseguidor» Juan Lanzas.

Vaya por delante mi total y absoluto rechazo a todos los corruptos, sean del partido que sean, representen a quién representen. Ante un caso de corrupción siempre estaré frente a quién cometa tal acto. Especialmente hiriente está siendo el caso Bárcenas, que presuntamente ha robado mucho dinero, muchísimo, al Partido Popular, si es que a quién se le ocurre nombrar tesorero del partido a un tipo con esa cara de…, espero que tanto a él como a todo el que haya estado implicado les caiga todo el peso de la ley.
Es obvio que ningún caso de corrupción tapa a otro, el «y tú más» es el uno de los principales motivos del hartazgo de la gente de la calle con la clase política, pero también es cierto que tampoco podemos medir por igual todos los casos, no es lo mismo robar una gallina que un ferrari, aunque los dos hechos sean considerados como robo igualmente. El montante total del caso Bárcenas es calderilla comparado con el mayor escándalo y caso de corrupción de la historia de este país.
Llevamos meses estupefactos con el caso de los ERE en Andalucía, un caso que empezó en unas irregularidades en MercaSevilla y que llega al despacho de la Juez, (sí, con mayúsculas), Mercedes Alaya que ha seguido tirando del hilo y tirando tirando ya está a las mismas puertas de los principales despachos de altísimos cargos de la Junta de Andalucía, y todo ello a pesar de las piedras que le están poniendo en el camino, de la nula colaboración de la Junta y de las amenazas que está recibiendo tanto ella como su familia.
Un caso que empezó teniendo toda la pinta de que «eran 4 golfos», (parafraseando a lo que en un principio decían los cargos socialistas), que habían robado dinero público pero que ya va por más de 60 imputados, y cada cosa que se descubre es más hiriente, especulándose con una cifra de dinero repartida entre afines al partido, familiares, comisionistas y sinvergüenzas varios que supera los mil millones de euros.
Juez Alaya
La juez Alaya retoma los interrogatorios por los ERE fraudulentos de Andalucía.
La perseverancia de la Juez Alaya tiene descompuesto al ejecutivo andaluz, nada más hay que ver la cara de Griñán en la pasada rueda de prensa en la que en un ejercicio de huida hacia adelante de manual expresaba de palabra que no tenía miedo alguno y que estaba dispuesto a comparecer donde hiciera falta. Desgraciadamente para él, una cosa es lo que salía de su boca y otra distinta la expresión de su cara, que no era otra que la de un hombre muy asustado por lo que le puede venir encima, y es que es difícil de creer que un Consejero de Hacienda y un Presidente de la Junta de Andalucía no tengan ni idea de que le están robando mil cuatrocientos millones de euros durante tantos años, como muy poco tienen una alta responsabilidad política.
Resulta especialmente indignante ver que todo ese dinero era destinado para los parados y para las empresas en dificultades y ha ido a parar a un puñado de indeseables que, sin escrúpulos, se han enriquecido hasta límites insospechados, y más indignante aún es que esos indeseables son de los que se les llena la boca en defensa de los trabajadores, de las desigualdades sociales y contra los poderosos, que un sindicalista sea uno de los cabecillas de la trama es absolutamente abominable, y como se demuestre que los dos principales sindicatos están pringados también,(como apunta en su instrucción la Juez Alaya), entonces apaga y vámonos.
En unos momentos en los que parece que la ciudadanía se está empezando a movilizar ante lo que considera injusto, a protestar e indignarse por las políticas que se están poniendo en práctica, a manifestarse ante los casos de corrupción, resulta increíble que en este caso en concreto no exista movilización alguna y se vayan a ir de rositas todos aquellos culpables que por acción u omisión nos robaron tal barbaridad de dinero, no quiero ni pensar que fuesen cargos del Partido Popular los que estuviesen implicados.
El silencio y la inacción retratan a tod@s aquell@s que llevan tiempo haciendo ruido en contra de la corrupción creyéndose adalides de los valores y de la independencia cuando se trata de un caso del Partido Popular y  que cuando se trata de otros callan y se esconden, demuestran que están al servicio de un partido y no son independientes por mucho que lo pregonen. Han tenido una oportunidad de demostrar esa independencia, de defender por encima de todo los valores e ideas por las que luchan y que no están atados a ninguna ideología ni partido, pero la han desaprovechado. Y, por último, a aquellos miembros de un partido político que en los casos de corrupción del contrario vociferan y hacen ruido hasta la saciedad decirles que lanzar piedras al tejado del vecino cuando el tuyo es de cristal nunca fue buena idea. Hasta la próxima.