Al iniciarse la Guerra Civil Española, muchos municipios de las dos zonas enfrentadas emitieron sellos locales cuyo uso era obligatorio, además del franqueo oficial, y para los términos municipales de los municipios emisiores. En muchas otras ocasiones este tipo de sellos fue editado por organizaciones políticas, sindicales y sociales de todo tipo, siendo su uso voluntario.
Estos sellos jamás llegaron a sustituir a los de correos y telégrafos, pero se conocen ejemplos de cartas franqueadas solamente con locales ante la escasez de sellos estatales. A continuación, se presenta un interesante estudio de la historia postal de Bonares durante la Guerra Civil, extraído del libro «Historia Postal de Huelva y su provincia durante la Guerra Civil», de Luis Carlos Cano Guitart.
Bonares.
Ocupada por las fuerzas sublevadas el 28 de julio de 1936.Población en 1936: 4.848Población en 1940: 4.865Población en 1950: 4.918Extensión en 1936: 6.451 hectáreas.Estafeta: La Palma del Condado.Razón del Sello Benéfico: Un Comedor Infantil para niños Huérfanos.
- Historia Postal 1936-1939.Introducción
- El Sello Benéfico.
Primero.- Con carácter general y obligatorio se reintegrará toda la correspondencia postal que salga de Sevilla o circule por el interior de la ciudad con un timbre municipal de cinco céntimos.
Segundo.- Estos timbres se proporcionarán por el Ayuntamiento, […] y serán expendidos obligatoriamente por los estancos […] mediante percibo de una comisión igual a la que disfrutan por este servicio.
Tercero.- Las oficinas de Correos no cursarán la correspondencia falta de estos timbres, adoptando en su caso las medidas reglamentarias para las deficiencias de franqueo.
Cuarto.- El Ayuntamiento administrará […] y dedicará su producto líquido a atenciones de la Beneficencia Municipal.
Quinto.- El Ayuntamiento podrá, cuando lo estime, donar estos fondos a entidades privadas o religiosas que tengan un idéntico fin.
Sexto.- La Corporación Municipal queda facultada para desarrollar estas normas generales y fijar la fecha de implantación de los timbres.
El 1 de octubre es obligatorio su uso en los documentos de Huelva capital y el 25 de noviembre sobre la correspondencia.
El 23 de diciembre D. Apolinar Arenillas Bueno, alcalde de Huelva y presidente de la Junta de Auxilios Alimenticios a Necesitados se dirige a los alcaldes de la provincia en los siguientes términos:
Haciendo extensivo este bien a la provincia, Bonares comienza a utilizar estos sellos comprando a la citada Junta.
Bonares los adquiere directamente y se le factura, en mayo de 1937, la compra de cinco mil «sellos para socorros» (pensamos que en este caso si se refiere al ejemplar expuesto o similar).
Esto no parece gustar mucho a las Autoridades Militares provinciales que, al poco, se hace notar con esta circular, «según circular prohibiendo su uso y encontrada en bastantes archivos provinciales»
- La Censura Militar de la correspondencia durante la Guerra Civil
Durante la Guerra civil (1936-39) tanto la República como el nuevo Estado militar censuraron la correspondencia y se utilizaron las marcas de censura, como un elemento de control ideológico de la población, aunque no siempre el único objeto de las prácticas censoras fue el control ideológico. A través del correo podrían llegar al enemigo –incluso de forma involuntaria- algunas informaciones útiles a la hora de planear tal o cual operación militar.
La intervención censora de la correspondencia tiene –en general- por costumbre indicar al destinatario de la carta o paquete la intervención de su correspondencia mediante la estampación de una marca de censura.
El inicio de la censura en los territorios administrados por los militares rebeldes no se presenta clara. Parece que se parte de una situación de hecho cuando en una orden de la Junta de Defensa Nacional, de 2 de septiembre de 1936, (BOE del día 7) se dispone que «… por ningún concepto se aplique la censura postal a los pliegos que vayan dirigidos a los Vocales de la Junta o a ésta como entidad, y lo mismo a los que, sea cualquiera su destino, procedan de la repetida Junta, lo que se podrá comprobar con el sello del sobre”. Este es el punto de partida normalmente admitido del entramado censor, pues no parece que existe ni disposición oficial en el Boletín Oficial del Estado ni circular de Correos que establezca la censura postal con anterioridad a la mencionada orden.
- Marcas de Censura.
Se desconocen circulares, disposiciones o comunicados que la establezca o regule ya que ésta comienza en cada población tras su «toma» como la ejecución de una consigna preestablecida pero, poco a poco (diciembre/enero), se centraliza guardando un cierto orden; son las estafetas más importantes de la provincia las que ejercen de Oficinas de Censura (Aracena, Ayamonte, Cortegana, Huelva, Riotinto, Moguer, La Palma y Valverde del Camino siguiéndoles Gibraleón e Isla Cristina) y observamos cómo las poblaciones adscritas a estas estafetas usan esas marcas. La primera referencia la tenemos el 2 de septiembre comunicando, precisamente, que no se utilice la censura en los pliegos dirigidos a los Comandantes Militares; también del mismo me encontramos algunas facturas de imprentas por la venta de precintos para cerrar las cartas censuradas.
Las primeras cartas con censuras impresas, en la provincia de Huelva, las encontramos entre diciembre de 1936 y enero de 1937.
Bonares no dispone de Marca de Censura propia; su correspondencia se examina en la Palma del Condado.
Pronto empieza a delimitarse cada una de las zonas (denominadas por los golpistas «Nacional» y «Republicana o Roja») en litigio y la comunicación entre ellas se hace imposible. Si quieres comunicarte con un familiar situado en la otra zona tienes que recurrir a los «encaminadores» -son personas u organizaciones que desde países neutrales pueden comunicarse con ambas zonas- aquí el más utilizado es la Cruz Roja Internacional y las cartas deben ser escuetas para saber que están vivos y poco más pues han de pasar por las censuras establecidas en ambas zonas.
Por miedo a los censores, que ven fantasmas donde no los hay, comienzan a proliferar los cosarios-carteros durando esta práctica hasta los años 50 a pesar de su prohibición.
A lo largo del segundo semestre de 1939 las marcas de Censura van desapareciendo de las distintas poblaciones centrándose en Huelva capital hasta bien entrado 1940. Posteriormente, hasta mediados de 1945 para la correspondencia nacional y a finales del mismo para la internacional, se sigue censurando en Sevilla con marcas del Ministerio de Gobernación. Eliminadas éstas, la censura (selectiva) continúa a cargo de la «Policía Social» hasta la finalización del régimen.
Se le llama Contracensura al grupo de censores encargados de velar por «el trabajo bien hecho», con la obligación de denunciar «la falta de celo o complacencia» que se advirtiera. En algunos lugares, las cartas revisadas por estos últimos, aparecen con una pequeña marca indicando el número del censor.
Además de las marcas de Censura, se propician otras como son las de alusiones patrióticas que se hacen usuales en cartas y documentos. También es fácil encontrar marcas de Ayuntamientos, Comandancias o diferentes Cuerpos del Ejercito.
Luís Carlos Cano Guitart: fnsjose@hotmail.com