La noticia llegó el 30 de diciembre del 2013, el atropello en la A-49, en concreto en el kilómetro 65 a la altura de Niebla, sentido Portugal, de un joven súbdito de Ghana (África)
Isaac Opoku, vivió en Bonares, en la calle San Cristóbal, 42 y en la calle Niebla, 80. Con motivo de no tener trabajo, no podía pagar el alquiler y se marchó al campo. Vivía en una chabola, tenía 31 años, mujer y una hija. Descanse en paz.
Desde el principio fue don José Rafael Prieto, párroco de Bonares, el que quiso saber sobre las diligencias que se estaban llevando a cabo y que todo estaba en manos de los forenses de Moguer, con José ha formado piña solidaria su extraordinario equipo parroquial de Cáritas Bonares. Así que en Bonares es donde los conocidos del fallecido, sus compañeros de intento de trabajo en los campos, se han ido congregando y hermanando con Cáritas durante todas estas largas semanas de gestiones de todo tipo.
Hoy, 5 de marzo del 14, ante el ataúd con el cuerpo de Isaac, se han congregado un numeroso grupo muy heterogéneo de personas, gran mayoría de jóvenes africanos de distintas nacionalidades, hombres y algunas mujeres, algunos miembros de Cáritas-Bonares, Laura alcaldesa de Niebla, la funeraria, el empleado del cementerio…
A Isaac se le ha dado sepultura en Niebla por haber fallecido en el tramo de autopista del término de Niebla, según dictan las normativas.
Por la tarde en la chabola, un centenar de compatriotas de las zonas freseras de los pueblos cercanos, se dieron cita en el asentamiento para dar el pésame a un hermano que se ha desplazado hasta Bonares para el funeral.
Este suceso te hace reflexionar sobre las condiciones de vida de estas personas y hallar la muerte tan lejos de su país de origen. La muerte en tierra extraña.
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