Todos los días vemos en la televisión, leemos en la prensa o escuchamos en la radio el famoso nombre de “la Troika”, decir que, no sé sí sólo a mí, suena a película de miedo basada en la mitología Griega o Rusa. La famosa “Troika” es una comisión delegada de Banco Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional cuya misión es la de controlar y salvaguardar el dinero que los fondos bancarios conceden a los países en una situación económica precaria.
De aquellos polvos estos lodos…
En el año 2003, José María Aznar, Presidente del Gobierno de España por aquellos años, se jactaba delante de sus homónimos europeos de que España crearía un parque inmobiliario de más de 600.000 viviendas, más que Alemania, Italia y Francia a la vez.
Primer Rescate.
Hemos visto como el primer rescate que se solicitó ha servido única y exclusivamente para sanear las cuentas de los bancos, bancos que, durante los tiempos de bonanzas, concedían créditos casi sin ningún tipo de control previo sobre los clientes que lo solicitaban. La dirección de los bancos, hicieron esto siendo consciente de que, si alguien no podía afrontar el pago de los créditos o las hipotecas, se recompensaría con la vivienda expropiada, que, según avanzaba la economía inflaría su precio y así el banco, además de mantener la deuda del cliente, podría volver a realizar un negocio con este nuevo bien en su propiedad. Especulación, pura y dura.
Segundo posible rescate.
Actualmente España se debate entre acudir a un nuevo rescate, aunque el Gobierno se niegue a pronunciar dicha palabra, o intentar subsanar deudas con lo restante que no se ha destinado a los bancos del anterior rescate.
Si España decide acogerse a este nuevo rescate, la situación va a empeorar y, en mi opinión, mucho. Los señores de la Troika vendrán a nuestro país (Por cierto, ahora el PP de España no dice que se rompe a pesar de las manifestaciones independentistas de Cataluña) y controlarán todo lo que sea necesario, RECORTANDO (aunque esa palabra tampoco sea del gusto del Ministro Wert) sin mirar que detrás de cada recorte existen historias y personas reales que están asfixiadas ya.
¿Hay alternativas?
En principio sí. Los recortes no sólo se realizan en términos económicos, sino que detrás hay un programa ideológico.
El Gobierno no se cansa de decir que son inevitables los recortes para aumentar los ingresos del Estado y así poder sufragar la deuda con el exterior. Lleva razón en eso de que el sistema económico de España debe aumentar los ingresos, pero como bien he dicho, se puede hacer de otra manera.
Se podría legislar a favor de medidas para perseguir el fraude fiscal de las empresas y las grandes fortunas, obteniendo aproximadamente 40.000 millones de € anuales.
Se podría revisar los acuerdos y subvenciones que el Estado tiene con los centros educativos de élite, que además, segregan a l@s niñ@s, cosa que en Andalucía se está haciendo.
Podríamos disminuir el gasto en materia militar, en los últimos días se publicó una noticia al respecto, el Estado se endeudaba para comprar misiles por un valor de 1.300 millones de €.
Se podría aumentar el tramo del tipo impositivo para las grandes fortunas españolas, que cada vez más sacan sus capitales y dinero negro de nuestro país. Los equipos de fútbol deben 750 Millones de € a Hacienda y alrededor de 12 Millones a la Seguridad Social.
Podrían legislar para que los políticos no obtuvieran más de una retribución salarial, muchos cobran por ostentar un cargo público y además pertenecer al consejo de administración de grandes empresas.
Pero detrás de cada “ajuste” existe realmente un programa ideológico, por eso recortan de dónde lo hacen mientras otros siguen eximiendo sus responsabilidades con Hacienda y la Seguridad Social.
Podrían establecer las pautas para que el dinero destinado para el saneamiento de la banca obligara a estas entidades a destinar parte de sus beneficios para políticas sociales, de integración, de empleo activo, concesión de créditos, becas de investigación…etc…
Luego saldrá Rajoy en Televisión diciendo que quiere hacer como Hollande en Francia.
Y con todo ello no quiero eximir de culpa al anterior Gobierno que también tuvo su parte de responsabilidad en términos económicos.
¿Qué hacemos?
Protestar, tomar la calle, obligar al Gobierno a someter a un referéndum, si la sociedad quiere o no hacer frente a esta serie de medidas que hipotecan el futuro de varias generaciones de Españoles.
Sí, si sirve de algo, mirad en Portugal, el pasado Domingo el Gobierno decidió dar marcha atrás y estudiar las posibles alternativas en vez de firmar un nuevo rescate económico…