Una vez dejado atrás el periodo estival con el consiguiente exilio a Mazagón huyendo del infernal calor que, a veces, sufrimos en nuestro pueblo, volvemos poco a poco a recuperar el ritmo normal. Reanudo mis colaboraciones con este portal . No se tomen muy a pecho mis reflexiones, simplemente son formas de hablar, en el fondo sólo tengo dudas, como diría aquel.
Bien, existen dos temas en concreto de los que los españoles nos hemos vuelto expertos de un tiempo a esta parte. Por un lado la fórmula 1, con esto de que Fernando Alonso nos ha puesto en el mapa, nos hemos convertido en auténticos ingenieros y es normal encontrarte con conversaciones en las que se utilicen con toda normalidad términos complejos de ingeniería automovilística, muchos de ellos anglicismos, como si los conociéramos de toda la vida.
El otro tema en cuestión es la economía; el bombardeo de información económica al que estamos expuestos todos los días ha hecho que consideremos a la Prima de Riesgo, (quién nos hubiera dicho a nosotros que teníamos una prima en Riesgo), como una más de la familia o que cuando nos hablan del “mercado” ya no nos reduzcamos al de abastos.
Tengo que pediros perdón, pero ni de una cosa ni de la otra tengo ni pajolera idea. De fórmula 1, entre otras cosas, porque es de los poquitos deportes que no me gusta ni sigo, y de economía más de lo mismo, ni en mi misma casa siquiera, quién lleva los galones en materia económica en mi familia es mi mujer, que ya puestos a que mandan en todo, tampoco es cosa que yo cuestione esa autoridad en algo tan serio como los dineros.
Bien, llegados a este punto en el que reconozco mi más absoluta ignorancia en materia económica, es inevitable que uno haga un pequeño gran esfuerzo por “medio” enterarte de algo ya que de no ser así prácticamente no estás en el mundo y casi no puedes intervenir en conversación alguna, así que al estar huérfano de conocimientos, cuando me meto en los lodazales económicos intento aplicar algo de sentido común para intentar entender las cosas; vamos, lo que viene siendo traducir los enredados términos a la castiza “cuenta de la lechera”.
Una información salida del despacho presidencial de nuestro Ayuntamiento, el de Bonares, nos hablaba de SUPERAVIT, qué bien suena, lo lees una y otra vez y te suena bonito, casi te transporta por unos instantes a tiempos pasados en los que vivíamos como ricos y el dinero no era problema en nuestras vidas.
El Ayuntamiento de Bonares tiene Superávit, no tiene que ir al plan de ajuste del gobierno porque no lo necesita, titulares que se repiten en medios locales y provinciales con contundencia, uno llega a tener la tentación incluso de sacar pecho y de presumir de ser de Bonares, un oasis en medio del desierto en el que otros municipios cercanos y no tan cercanos están viviendo.
En ese momento uno piensa, jolín, si no fuera porque no tengo ni idea de como se “interpretan” los presupuestos pensaría que con ese superávit se podría dar trabajo a much@s bonarieg@s, o se podrían bajar los impuestos, o mejor, nos daría margen para incluso endeudarnos un poco y llegar al pleno empleo en nuestro pueblo. Qué suerte tenemos de haber nacido y vivido aquí, en la pequeña aldea gala que resiste los azotes de la crisis.
En mi cabeza todo cuadra, todo funciona bien hasta que, supongo que víctima de mi carencia de conocimientos, empiezan a asaltarme las dudas, a no cuadrarme algunas cosas, a que se me queden bastantes cabos sueltos sin encontrar dónde y cómo enlazarlos.
Qué torpeza la mía de no entender lo que supone un superávit y así no ver como cosa normal el que se estén revisando todas las tasas municipales, subiendo las existentes, sacando del congelador las congeladas, creando algunas nuevas. Cómo se puede llegar a un punto de majadería tal para no entender que el que el Ayuntamiento esté saneado no tiene nada que ver con que se suban los impuestos, o se intente recaudar más.
Menos mal que, al menos, mi ignorancia es compartida con, por ejemplo, todos los que van a sacar cualquier papel de nuestro Ayuntamiento, o quienes se van a casar por lo civil, por quienes usan la piscina municipal, o van a renovar el carnet de socio del polideportivo o por los propietarios de bares, por todo el que tenga propiedad por la que pague IBI, por los que tenemos la mala suerte de vivir en la carrera oficial en los días de Corpus o incluso por los que tuvieron la valentía de comprarse una casa enla urbanización Nuevo Arenal.Hay que ver lo torpes que somos todos. Hastala próxima. Suerte.
